Los perros de la calle no caminan junto a los
estudiantes en las marchas porque sí no más, o solamente por mojarse y jugar
con el “agua” que tiran los guanacos. Ellos los acompañan en el trayecto que
todos los días deben caminar para encontrarse con los libros y el aprendizaje,
pero también con la injusticia, con la rabia y la desigualdad. Ellos ven cómo
en cada manifestación los carabineros se exceden solo un poco y cada vez más a
la hora de “controlar” a los secundarios y universitarios. Ellos son conscientes
de lo que pasa y no se hacen los tontos. Por eso los perros de la calle les
ladran a las fuerzas especiales, y arrancan de ellos. Y se ofenden cuando los
comparan con los políticos.
En cierta
marcha, o en todas tal vez, una perra fue testigo de golpes, patadas, insultos.
Una pastor alemán que huyó de los entrenamientos, y que ahora veía cómo sus ex
compañeros atacaban piernas, chalecos y mochilas de estudiantes. Fugitiva,
clandestina. Nunca infiltrada, eso jamás, ya no trabajaba para ellos. Ella
corría de un lado a otro, les decía en su lenguaje a los carabineros que
pararan. De pronto, fue reconocida por uno de los funcionarios. Lo vio venir, y
luego vio cómo la tomaban por sus patas y se la llevaban por la fuerza, quitándole
su libertad, convirtiéndola en una de ellos, alejándola de los perros de la
calle.
Mientras la
arrastraban, recordaba vagamente unos versos que había oído meses atrás. No podía
entender cómo ellos podían decir ser del débil el protector.
(trabajo de lenguaje, intertextualidad. 28 de agosto de 2012)
PD: http://www.youtube.com/watch?v=jNu_GiWgvHc La sinceridad del cosmos - Ases Falsos. La encontré justo después de escribir esto, y calzó tan, pero tan bien... escúchenla.